WASHINGTON (AFP) - La comisión reguladora de telecomunicaciones en Estados Unidos quiere erradicar las malas palabras de la pantalla chica, donde rige desde hace 30 años una prohibición de siete de ellas para emisiones diferidas, y ahora le llegó el turno a los programas en vivo.
La Comisión Federal de Comunicaciones (FCC, en inglés), que regula las ondas radiales y televisivas, dio un paso adelante en su aspiración de extender la política contra el lenguaje ofensivo cuando el lunes la Suprema Corte de Estados Unidos aceptó escuchar sus argumentos para aplicar multas a los medios que difundan al aire las palabrotas proferidas en programas en vivo.
La FCC decidió llevar su caso hasta la más alta instancia judicial cuando un tribunal de Nueva York rechazó en 2007 por "arbitraria y caprichosa" una multa impuesta a la cadena Fox por emitir ceremonias de premiaciones donde varias celebridades utilizaron palabrotas en sus discursos.
Primero, la cantante Cher dijo "fuck" (joder) durante los premios Billboard 2002 de la música. Al año siguiente y durante la misma premiación, la estrella televisiva Nicole Richie dijo: "Es imposible encontrar una mierda dentro de una cartera Prada. ¿Lo han intentado? Es jodidamente difícil".
La política de la FCC, que se aplica a las grandes candenas de televisión abierta, condena el "lenguaje que describe actividades sexuales o escatológicas o que describe órganos en términos ofensivos para lo que son los estándares contemporáneos de la comunidad para los medios de difusión".
La Suprema Corte reabre el caso de las palabrotas luego de que en la década de 1970 lo hiciera a pedido del organismo de control, por la televisación de un monólogo de 12 minutos del comediante George Carlin titulado "Malas Palabras".
El caso recorrió varias instancias hasta llegar al máximo tribunal, que decidió en un fallo reñido prohibir siete palabras, incluidas "shit" (mierda), "fuck" (joder) y "cunt" (coño).
Ya en 2006, el gobierno de George W. Bush endureció las medidas contra las palabrotas y la desnudez en la pantalla chica por violar sus "estándares de decencia".
Ya sean soldados maldiciendo en las películas, imprecaciones escapadas de boca de estrellas del pop, o imágenes de sexo en las teleseries, las cadenas de televisión debieron eliminar la escena o pagar 325.000 dólares por cada violación de la norma, en vez de los anteriores 32.500 dólares de multa.
Las cadenas acusan a la FCC de "invadir el proceso creativo y editorial y amenazar con ponerle fin a la televisión en vivo".
En los documentales sobre Irak "el lenguaje más sucio luego de una explosión será 'Oh, eso dolió'", ironizó Vince Horiuchi, que escribe sobre programas de televisión para el diario Salt Lake Tribune.
La presión de grupos religiosos conservadores para "limpiar" la pantalla aumentó con la transmisión en vivo, en enero de 2004, de un concierto de Janet Jackson en el Super Bowl, la final del campeonato de football americano, en el que uno de sus pezones quedó expuesto unos segundos.
El hecho generó una avalancha de quejas ante la FCC, que multiplicó sus multas por indecencia, con una recaudación de casi 8 millones de dólares ese año, contra 440.000 dólares en 2003.
Al conocerse el lunes la reapertura del asunto de las palabrotas, los funcionarios de la FCC se mostraron satisfechos.
"Dará a los medios claridad respecto al uso de blasfemias, aún las blasfemias fugaces, en las ondas de aire públicas, en tiempos en que los niños están más expuestos a incluirse entre la audiencia", dijo la comisionada Deborah Taylor Tate en un comunicado.
Su colega Michael Copps también saludó la decisión de que se revisara el caso contra Fox, pero deploró que la FCC estuviera sola en su cruzada para proteger de la blasfemia los oídos de los estadounidenses.
"Si bien la FCC tiene el deber de hacer cumplir las leyes contra la indecencia, creo que todos -gobierno, industria y padres- tenemos un papel en la protección de nuestros hijos contra contenidos inadecuados", estimó.
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