Investigadores cuya labor está financiada por la UE han demostrado, por primera vez, la presencia de células madre neurales en la médula espinal de un humano adulto.
Se espera que este descubrimiento, que se ha publicado en el Journal of Neuroscience Research, tenga implicaciones en el tratamiento de las lesiones espinales y las enfermedades degenerativas de las neuronas del sistema motor.
La médula espinal es un cordón de nervios de forma alargada, fina y tubular que se extiende desde el sistema nervioso central en el cerebro y que está envuelto y protegido por los huesos de la columna vertebral. Los nervios espinales o raquídeos transmiten al cerebro y desde éste información en forma de impulsos nerviosos acerca de lo que ocurre dentro y fuera del cuerpo humano.
Si la médula espinal resulta dañada en un accidente, todo el segmento situado por debajo del punto de la lesión queda desconectado del circuito de información que va y viene del cerebro. Esto significa que todos los nervios y todas las partes del cuerpo que estuvieran conectadas a estas partes de la médula espinal quedarían desconectadas del cerebro y dejarían de funcionar.
Se calcula que en Europa hay unas 330.000 personas que sufren lesiones de la médula espinal y que cada año se producen 10.000 casos nuevos. Los más afectados por estas lesiones son los jóvenes de entre 25 y 30 años de edad.
Las lesiones de médula espinal se consideran irreversibles desde hace tiempo y producen parálisis permanente y discapacidades de por vida. Esto se debe en gran medida a la supuesta incapacidad de regeneración del sistema nervioso central (SNC).
Un grupo de investigadores del Instituto Nacional de Salud e Investigación Médica de Francia (INSERM) estudió distintos métodos terapéuticos para las lesiones espinales. Su trabajo estuvo financiado con fondos comunitarios en el marco del proyecto RESCUE ("Research Endeavor for Spinal Cord in United Europe" o Iniciativa de investigación sobre la médula espinal en una Europa unida). Se dedicó atención especial a la posibilidad de usar células madre adultas para tratar estas lesiones.
Hasta ahora se descartaba el uso terapéutico de células madre adultas para las lesiones espinales. La razón es que, por regla general, estas células, a diferencia de las células madre embrionarias, no pueden generar un tejido distinto del propio. Además, si bien hace varios años se demostró la presencia de células madre neurales en el cerebro y la médula espinal de roedores adultos, con las técnicas actuales no se había podido detectar las mismas células en la médula espinal humana.
Aquí es donde viene al rescate el equipo del INSERM. Gracias a técnicas de microscopia de electrones y a la expresión de marcadores de células precursoras neurales, los investigadores lograron demostrar la presencia de células madres neurales adultas en una médula espinal humana.
Seguidamente cultivaron estas células in vitro y demostraron que podían diferenciarse neuronas y también células gliales, que son células que sirven de apoyo, median en la nutrición y participan en la transmisión de señales en el sistema nervioso.
Este descubrimiento tiene implicaciones transcendentales. Se espera que estas células puedan aprovecharse para regenerar neuronas y células gliales perdidas en lesiones espinales o patologías neurodegenerativas, como la esclerosis lateral amiotrófica (ELA).
"El interés terapéutico de las llamadas células madre adultas ya es reconocido de forma general en la comunidad científica. Si bien aún hay mucho camino por andar, este trabajo supone un importante paso adelante para todas aquellas patologías que afectan a las neuronas motoras que carecen de tratamiento", afirmó Alain Privat, Director de Investigación del INSERM
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